lunes, 7 de julio de 2008

Thelma y Louise y las otras dos gafes.

Lema del día: El cuento es mío y lo titulo como quiero.


Introducción.

Mis acompañantes no están de acuerdo con el título, pero eso nunca me frenó. De hecho, a lo mejor les gusta menos aún lo que escriba, así que sólo puedo recomendarles que se vayan preparando.

Como la Guía de Cuba (o así) gustó mucho a amigos y desconocidos (que no dejaron ni un triste comentario, no os lo perdonaré nunca), estas nuevas vacaciones que hemos padecido iban, evidentemente, a tener correlato en estas páginas (para qué engañarnos, me gusta el éxito), si bien lo más complicado ha sido elegir el formato, porque me cansa repetirme.

Tras mucho meditarlo, he decidido hacer un, llamémoslo así, diario novelado. Claro que para conseguir eso tendré que lograr luchar contra mi mismo y mi forma de escribir (tal y como hablo, y yo no ceceo, por mucho que digan mis acompañantes que a veces se me escapa), cosa que no se si conseguiré.

Antes de cualquier otra cosa tengo que hacer dos aclaraciones:

  1. En esta narración probablemente aparezca mucha gente. Salvo honrosas excepciones, me referiré a todos ellos por sus iniciales, porque buscar seudónimos para todos es demasiado, sobre todo teniendo en cuenta lo que nos ha costado encontrar los nuestros propios.

  2. Y en segundo lugar, quiero dejar claro que todo lo que se cuenta aquí es real (quizá algo exagerado, ya me conoceis). Aunque lo mismo me empiezo a inventar historias por aquello de dar emoción. Pero, salvo los implicados, eso nunca lo sabreis, es lo que tienen las licencias.

A partir de mañana, el resultado, poco a poco. En cuanto termine de transcribirlo.

P.D.: Aprovecho ahora para pedir disculpas a todo el que se sienta agredido, que, me temo, no será poca gente. Es lo que tienen las licencias literarias, nuevamente, yo en el fondo no termino de pensar tal y como escribo... o algo así.


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