jueves, 20 de enero de 2011

Times are changing

Lema del día: Y lo que te rondaré, morena.

Dylan lo cantaba hace ya unos cuantos años. Pero por desgracia para nos, el cambio no tenía nada que ver con lo deseable.
No voy a disertar, porque ya lo he hecho antes y lo han hecho muchos otros acerca de cómo hemos ido a parar a la tiranía de lo correcto (que no de lo bueno), y dentro de lo correcto a la tiranía de lo saludable (que no de la salud) y de la apariencia (que no de lo bonito). Pero podría.

Solo que ya estoy harto de quejarme de las estupideces de estos políticos que se preocupan más del decir que del hacer y que son capaces de amenazar con modificar una ley con apenas un mes de recorrido con tal de contentar a la minoría gritona que quiere representar (y no necesariamente representa) a la mayoría en el hábito, demostrando así la coherencia de sus decisiones (y si, me refiero a La Churretosa, a la Ley anti-fumadores y a las Sociedades Gastronómicas). Así que me remitiré a los hechos.

No teníamos suficiente con que en las tascas no haya humo (con lo que siempre ha vestido el humo en las tascas) sino que ahora esos mismos que van de saludables y aparentes han decidido invadirlo todo incluyendo dichas tascas donde lo que se hace es venerar al exceso de alcohol y grasa.

Y cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo aparece uno de esos señores que tiene como guía espiritual esa cosa llamada
Mujeres, Hombres y viceversa, mezclando músculos producto de los anabolizantes, depilaciones, jerseys de hilo que quedan estrechos (¿cómo puede quedar estrecho un jersey de hilo si va en contra del concepto mismo?) y pañuelos palestinos estilo Cospe con verborrea vociferante en tono de exaltación de la amistad perpetua como símbolo del buen rollo, y se mete en un sitio donde se va a comer jamón, queso en aceite y morcillas.
Yo por poco vomito anoche, miren ustedes. Y no es sólo porque crea que vamos camino de que en los menús de las tascas aparezca el tofú como plato principal, sino porque me imagino un mundo donde esta clase de individuos descerebrados tan pagados de si mismos que no permiten que los demás los ignoremos sanamente, entre otras cosas porque no tienen cerebro suficiente para concebir que molestan, que lo invaden todo y no nos dejan un resquicio a los que creemos que el ser simpático e incluso gracioso no tiene nada que ver con el ser correcto ni exhibicionista.

Ahora mismo, de hecho, estoy volviendo a plantearme si me tiro al tren o al maquinista.


martes, 4 de enero de 2011

Smoke or not

Lema del día: A río revuelto, ganancia de pescadores.

Puede que tenga que ver con el vivir con la sensación de conspiración permanente, pero no deja de sorprenderme que, coincidiendo con la entrada del 2011 y de la nueva-novísima ley antitabaco, esa que deroga las exenciones de la del 2006 que tanto han hecho por el cáncer en este país sin que nadie se plantee remunerar los espacios que se crearon entonces a los hosteleros, por ejemplo (bueno, nadie menos los de la gaviota, que con tal de sacar provecho del mal ajeno... a ver si hubieran pensado lo mismo de haber sido ellos), la flamante nueva Menestra de lo Sosiá (Dña. Pajín, alias La Churretosa) lejos de promover cierta tolerancia en el inicio de la implantación "recuerda" a los "ciudadanos" que pueden denunciar al vecino si están en una parada de autobús tragando dióxido de carbono pero a algún desalmao se le ocurre encenderse un pitillo aunque sea de paso estando a menos de dos millones de kilómetros de un colegio.
Cualquier día veremos a los antitabaco, que también son activistas, aunque estos del sistema como las feminazis, con todo lo que ello conlleva, cargados como si fueran a hacer un mapa topográfico cada vez que salen de casa... pero eso es otra cuestión.
A lo que voy, y por más que me toque las narices el limitar los espacios abiertos con la nueva ley sin hacer caso, por ejemplo, de las antenas de telefonía o del alarmante número de nuevos cánceres en toda la zona que rodea determinados cementerios radioactivos, es a esa especie de llamada a la guerra contra el vecino que recuerda a los tiempos, no tan lejanos, en que se denunciaban determinadas actividades que se entendían contra natura (o el Estado, en estos casos de totalitarismo estamos hablando de lo mismo).
Es decir, en vez de clarificar quién tiene que velar por el cumplimiento de la ley y asignar los recursos necesarios para ello, preferimos ahorrarnos dinerito, que estamos en crisis y las dietas a cien euros por comida hay que mantenerlas, y que sean los propios españolitos los que vayamos acusando a nuestros conciudadanos en aras de la limpieza del aire que, desde luego en la calle, no se va a notar aunque se deje de fumar visto lo que quieren los gobiernos occidentales a la industria del automóvil.
A mi me da que pensar, por más que esté mal visto, miren ustedes. Sobre todo porque mi calle (aunque La Churretosa no lo sepa) los días que llueve va a seguir oliendo a mierda por culpa del alcantarillado, y eso va a seguir sin solucionarse aunque nos quejemos todos los vecinos a la vez. Claro que no es entre nosotros...


P.D.: Echaré de menos el humo en televisión. Siempre fotografió muy bien.

domingo, 2 de enero de 2011

Grandes verdades de la humanidad (II)


Poner el chupete a un niño que viaja en avión sólo está recomendado cuando:

a) Se quiere que el niño no sufra descompresiones en el oído (con el consecuente dolor).
b) Se tiene conciencia de que el que tuvo el niño es uno y no los demás pasajeros.
Los hijos de los que no lo hacen deberían ser puestos inmediatamente bajo custodia de Servicios Sociales.