domingo, 20 de abril de 2008

Cambiando

Lema del día: Qué cansado es hacer... cualquier cosa en esta vida.

Mi madre muchas veces me dice que si nací cansado. Y es verdad que casi todo en esta vida me da mucha pereza. En realidad todo me da mucha pereza, salvo una cosa, pero hace tiempo que dije que no voy a volver a hablar de mi vida sexual en este blog. Uno es así. No obstante, y, para compensar, de vez en cuando me dan arrebatos de actividad. Y hoy, por fin, un año después, he vuelto a limpiar los ventanales de mi casa. Mi madre, que vino a comer, ya me ha hecho saber que la mierda se veía desde la calle, porque si ella no toca las narices no está contenta. Afortunadamente para mi salud mental, en una semana (y a estas horas puedo decir que en menos de una semana) me abandonará a mi vida, y podré no planificar nada. Porque se superpone con visita de amigos, pero a estos los puedo dejar sueltos e incluso endosárselos a alguien si me conviene, que no me van a poner problemas.
En realidad pensaba actualizar el otro blog, que quería que fuera casi diario, y lo último fue el resumen semanal de Muchachada Nui, pero últimamente sólo he visto dos veces más Mars Attacks, y no tengo ganas de rememorar en estos momentos.
Como he dicho, estoy cambiando. He vuelto a decidir que tengo los huevos muy negros para determinadas cosas, y lo primero que hice fue empezar a borrar contactos del messenger. Creo que en algún caso me he precipitado, pero cuando me pongo, me pongo. Hoy además he hecho limpieza de facturas, y me estoy devanando los sesos para ver cómo le pago a Hacienda y además a El Corte Inglés. Por lo menos uso la elíptica de vez en cuando, y a los amigos les hace mucha gracia y vienen de visita a probarla, porque si no... También me he des.. (no se como se escribe) he borrado mi suscripción de algunas páginas, con el consecuente ahorro ecuménico, pero sigo sin terminar de ser consecuente, y pienso seguir pagando el gimnasio, con la esperanza de recuperarlo en cuanto se terminen las visitas.
Las ganas de tener contacto con la humanidad me van y me vienen, y estoy bastante asalvajado, como diría Dareka (mi amiga Dareka es la que me acompañó en febrero a Sevilla, y que hizo la preciosa foto del kit de ligue que se muestra en mi perfil, si quereis otro día os la explico; por cierto, Dareka es provisional, todavía no se nos ha ocurrido nada mejor... sigo teniendo que dejar de beber). De ahí mis abandonos y exclusiones. Pero bueno, todo son fases, y yo llevaba demasiado tiempo sociable, sobre todo teniéndome en cuenta a mi mismo.
Tengo en mente expandirme laboralmente (gracias a los corticoides,ya lo he hecho físicamente; y sigo bien de la urticaria, para el que le interese), y me estoy informando. Además he vuelto a redistribuir el salón (otra vez) y he podido, por fin, recuperar parte de lo escrito que perdí al cambiar el office, hecho que espero me permita terminar alguna otra cosa. Y además me he atrevido a la evaluación pública de lo escrito. Pero todavía espero noticias. El jueves sale la nueva versión del Ubuntu (y es que también he decidido pasarme a Lynux porque estoy de Microsoft y del Vista hasta las bowlings).
Eso sí, que nadie se asuste, ayer me volví a quemar con el horno, porque como últimamente casi no salgo y procuro no emborracharme demasiado (que te recoja un basurero con la boca partida traumatiza), mi inconsciente ha debido decidir que los accidentes domésticos también valen.
En fin... que alguien me dijo alguna vez lo estupendo que es estar estable. Yo sigo pensando que debe ser aburridísimo.


sábado, 12 de abril de 2008

Nuevas sensaciones.

Lema del día: Riégame, riégame, pero no me ahogues.

Todos los que estais más cerca sabeis de mi última afición por la botánica. Los demás no, porque como no nos vemos ni nos hablamos y además no me mandais comentarios... pues no me molesto. Pero como llevo mucho tiempo sin actualizar, y de lo único que puedo hablar últimamente es de lo hartito que estoy de la visita familiar, y no quiero que se me haga mala sangre, porque hoy me toca cena en familia, he decidido hablar de lo mal que trato a mis plantas, que no paran de darme disgustos.
Todo comenzó hace algo así como año y medio, en que unos amigos me regalaron una orquídea como regalo de cumpleaños. Tras intentar ahogarla, y que no se dejara, floreció magnífica hasta la visita de mi madre. Ella niega que tuviera algo que ver (esto me parece que lo conté ya en algún post, por lo menos me suena), pero como la filosofía de mi familia es "si no hay pruebas visuales puedes negar cualquier cosa" estoy seguro de que me la terminó ahogando. Luego, una vez sólo, llegué yo y la achicharre. Para después pasarse todo el viaje de Cuba (y dos meses más) en casa de una amiga y llegar a casa más muerta que viva. Después de estar en la UCI durante seis meses, por fin parece que tira para adelante, pero no me fio. Y como no me fio, creo que la tengo estresada. Como a todo el resto.
La siguiente fue la violeta, que es la que más me preocupa. Lleva ya como ocho meses conmigo, y va de mal en peor. Me he leído las instrucciones y tras llevarlas a cabo a rajatabla, está fatal. Pienso que si me las hubiera leído antes me habría ahorrado el ahogarla un par de veces, y estaría mejor, pero ahora que la cuido bien me preocupa que no me responda. Daremos parte.
Mi poto está estupendo. Era una prueba. Si era capaz de cargármelo sería ya una señal para dejar de torturar a pobres criaturas de Dios, pero como estaba estupendo y cada vez más grande, lo transplante. En el transplante, como había que regarlo "en abundancia" para que cogiera la tierra, lo ahogué también un poco, y ha dejado de echar hojas. El otro poto, que me plantó una amiga hace no se cuanto y me trajo hace dos o tres meses, sigue en las mismas exactamente que cuando lo traje, a pesar de que, por consejo de ella, lo transplanté también. Y ahora parece que empieza a dar señales de vida y yo empiezo a considerar que no era de plástico como sospechaba.
La flor de pascua, tras morir y estancarse para la próxima cosecha, se pudrió, justamente con el mismo cuidado que tenía antes, cosa que no deja de ser algo que tendrá que investigar Mulder y Scully si es que siguen vivos todavía y no los abdujo un plutoniano. Mi Spathyphylum (o como se escriba, lo he mirado ya tres veces hoy y no hay forma de que se me quede) tiene también un comportamiento extraño, y, aunque la cuido exactamente igual siempre, mejora y empeora por designio divino o algo.
Y respecto a las últimas adquisiciones, la hierbabuena muere y nace como le da la gana también, la albahaca sigue resistiendo y queriendo realizar algún progreso, pero no sé qué la frena, y acabo de transplantar otra que me compré hace dos semanas y que se estaba quedando pequeña. No recuerdo como se llama. Cuando vuelva a ir a mi florista, le pregunto.
Todo esto me sirve para explicar dos cosas:
1) Las plantas no son para mí, pero hasta que no las mate a todas no voy a parar.
2) Odio a los mosquitos.
En cuanto se mueran todas, las pongo de plástico.

jueves, 3 de abril de 2008

Engañados como suecos.

Nuevo lema del día: Los escandinavos son más listos que nosotros.

Definitivamente. Cada vez que voy a Ikea me doy más cuenta de ello. Independientemente de todos los artilugios inútiles para la cocina que somos capaces de comprar (yo, por ejemplo, tengo tres cuchillos de pan distintos), nos venden muebles, a precios no tan bajos como parecen en los anuncios (lo barato es simplemente un cebo para que te fijes en lo más caro, que es más mono), y nos obligan a montarlos, si no queremos que nos salgan tan caros como si los hubiéramos comprado en La Oca, con calidad bastante inferior. Y todos caemos.
Yo necesitaba hace tiempo una mesa auxiliar. Bueno, necesitar, necesitar esas cosas no se necesitan, sólo se da uno cuenta de l
o bien que quedaría el teléfono en otro sitio. Así que ayer fui a Ikea a buscar una (ya había ido hace un par de meses gastándome lo más grande en miles de cosas, la mayoría de las cuales, por supuesto, no he utilizado), y volví con la mesa, una cubertería, cojines, cuchillos varios, unos cuencos que todavía no se para qué usaré (pero que son muy monos), moldes de silicona para hielo (como se os ocurra meterlos en el horno despediros de él)... y un armario tipo taquilla que ya tuve en Sevilla, pero que mi tía se quedó en la mudanza, porque con lo que costaba, no me decidí a traerlo ya que me iba a salir más caro el collar que el perro.
Tras tomarme unas cervezas después y decidir qu
e el armario de taquilla iba a ir en el sitio donde tenía el aparador en mi dormitorio (y cambiar este de sitio a las once de la noche para deleite de los oídos de mis vecinos de abajo), hoy he llegado del trabajo dispuesto a montar los dos muebles. Y ahí quería llegar.
Resulta que el armario, que es el mismo que tenía en Sevilla, y que monté y desmonté varias veces, lo han cambiado. No forma ni color, sino en el modo de montarlo. Lo que resulta absolutamente increíble es que tres años después, y después de mucha ingeniería sueca, resulte mucho más complicado montarlo y dejarlo bien que el que yo tenía antes. Y para eso, es como el que diseñó la T4, hay que ser muy listo para hacer difícil lo que podía haber sido simplísimo. Y doy datos fidedignos para que lo comprobeis:

La primera vez que monté este mueble, allá por 2005, pedí estorbo a mi amiga Lna. Tras pelearnos, montarlo mal y tener que desmontarlo, volver a pelearnos por los dibujitos que lo explican, hartarlos de reír por nuestra propia inutilidad y terminar de montarlo, tardamos, aproximadamente, cuarenta y cinco minutos. Bien, pues en esta ocasión, yo solo (que me valgo mucho mejor que acompañado), habiendo montado y desmontado el anterior unas cuantas veces, y sabiendo cómo se hacía y dónde estaba el truco del montaje para que no hubiera que desmontarlo entero al final (porque tiene truco) he tardado hora y media. Y he sudado más que tras salir de la elíptica. Y además no ha quedado del todo bien.


Después de eso, he montado con más paciencia todavía, la mesa auxiliar. En total tres horitas y cuarto montando muebles, y haciendo músculos en el antebrazo. Y con agujetas en los dedos. En fin, que ya habeis visto en foto el resultado: el armario Ikea PS y la mesa Svalo.



P.D.: Por si no queda claro, ME CAGO EN IKEA. (Hasta la próxima vez que vaya, si yo me conozco).

Redecorando.

Lema del día: Hay siempre que mantener la intriga.

Hay que redecorar la vida de uno. Yo he comenzado por el dormitorio. Pero ahora mismo no puedo contarlo. Tengo que terminar de montar muebles. Esto es sólo un adelanto. Hoy arremeteré contra Ikea. En cuanto termine.