sábado, 12 de julio de 2008

Capítulo 4. Santiago de Compostela - Vigo.

1.

TENIENTE: La próxima vez ya sabremos.

REIF: Yo la próxima vez vengo en taxi.

Lo que tienen los momentos de desesperación es que al día siguiente pueden dar para muchos chistes. En eso empleamos el tiempo del desayuno en el jardín del hotel mientras no paraba de llover haciendo que todo se viera precioso. Ligué con un alemán gafapasta cuando ya no tenía ni tiempo ni sitio para aprovecharlo, aunque el pobre, que además estaba bueno, no paró de intentar que todos los presentes se dieran cuenta de su interés por mi, supongo que para ver si nos dejaban una habitación para un rato. La Teniente tenía ganas de hacer turismo y yo de cambiar planes de viaje (y de otras cosas con el alemán que nos hubieran valido la expulsión de la sacrosanta ciudad), y acordamos que nos moveríamos y que, dado que no iba a parar de llover por mucho que en Vigo hubiera microclima, sería mejor dejar las Cíes para el final y marchar directamente a Oporto.


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