Así lo digo. No sólo teníamos bastante con que ese invento del demonio nos comiera la cabeza y pasáramos las horas, los minutos y los días haciendo test estúpidos, grupos más estúpidos todavía y haciendonos fans de chorradas, no. Ahora mi madre, que está incorporándose a las nuevas tecnologías, tiene perfil en feisbuk y me ha agregado como amigo, y claro... he tenido que aceptar. La intimidad a tomar viento... Y lo peor es que puede leer este blog... Mamá, te quiero.
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