domingo, 17 de mayo de 2009

Je ne adore pas Lacan.

Lema del día: El que tiene el poder podría meterse las reglas por donde yo te diga.

Estoy hasta las narices de que me engañen o, al menos, no me digan la verdad. Como en relación al título: si se hace algo para lacanianos, deben avisárnoslo a los demás para no ir. Si es que es así de simple. Con el tiempo canario nos tienen engañados como suecos, eso de la primavera eterna es mentira cochina, y espero que nadie más se deje engañar como nosotros. Y lo de la garrafa es para coger y liarse a quemar bares (que cobran copas a precio de botella a estas alturas).
En fin, que he estado nuevamente en Sevilla, para deshacerme de los últimos vínculos de juventud (porque me hago mayor, como todos) y me lo he pasado bomba. Entre otras cosas porque ayer tocó enredarse, me encontré con una amiga que también se exilió a Canarias, sin que ninguno supiéramos que estábamos en el Central y, aunque desde media tarde estuve diciendo que me iba, terminé, como cada vez que me junto con Luisa, cerrando bares (el portero del Malandar fue muy educado y no nos trató como borrachos, sino que nos suplicaba que nos fuésemos para poder irse él a dormir...). No superé mi record de horas en la calle, pero estuve a punto... si no hubiera sido porque tenía que coger un avión prontísimo, todavía estaría en el Berlín... Que todo muy bien para mi.
De hecho, me divierte mucho constatar que gané determinados juegos que, lo único, ya no tienen sentido. Hicimos vídeos que no quiero ver en feisbuk, nos bebimos todo lo que encontramos, hicimos de celestina, y me fui sin despedirme de un par de sitios, que es una práctica que a mis amigos les parece una cerdada, pero que a mi me resulta muy cómoda. Ah, y planificamos un viaje que de producirse, teniendo en cuenta los participantes, puede tener un diario en estas páginas inconmensurable.
Lo malo de este tipo de días no es la resaca, sino que siempre hay que coger un avión donde siempre te toca algún pelmazo al lado o detrás. El viernes, que también tenía sueño por otros motivos, me hicieron muy agradable el viaje una panda de adolescentes añosos que iban a una boda en Granada, y podría dar detalles de cada uno de los trajes de cada uno de ellos, porque eran capaces de gritarlo lo suficiente para que no pudiera oír a Franz Ferdinand en el iPod. Pero hoy le ha tocado el turno a dos parejas sentadas conmigo en medio. Lo sensato hubiera sido que me cambiaran el asiento, pero han preferido entablar conversación y pases de toallitas o kleenex conmigo de por medio. No se si intentarían hacer un experimento, y de hecho estuve a punto de explicarles que, por más cara de perro que me pusiera una de las integrantes (porque por lo visto yo me había sentado allí para molestarla y no dejar que su amiga le diera toallitas húmedas que ya la primera vez que pidió no tenía e insistía e insistía... lo mismo es que las que compra ella se reproducen por generación espontánea) la materia no se puede traspasar, y a mi materia me sobra.
Al final llegué a casa casi sin tiempo para descansar, y volviendo a estar de resaca no podía hacer otra cosa que ver un dramón. Conclusión final: ¿por qué coño no le dieron a Heath Ledger el premio aquel de la academia por su magnífico Ennis del Mar y si por el Jocker? En fin, que nos siguen engañando.

P.D.: no terminé el curso de francés... bueno, casi que ni lo empecé, así que aceptaré que corrijais el "pas" del título, que no recuerdo dónde tenía que poner... pa que luego me digan que no soy modesto.


P.D. (actualizada): Cambié el "pas", pero sigue siendo "la cosa", efectivamente.


1 comentario:

Anónimo dijo...

hola mon amie!!
sería más correcto je n´aime pas Lacan..."adore" es para las cosas...conociéndote seguro q para tí Lacan es "la cosa"...