viernes, 10 de abril de 2009

Seamos serios

Lema del día: ... aunque no se si me va a salir.

Todo viene a colación de un artículo que leía el otro día en un diario local (no se si en los nacionales habrá salido porque hace muchos años que evito las tendenciosas lecturas de los periódicos) de Fernando Jáuregui, que se preguntaba qué iba a hacer Manuel Chaves en Madrid.
Me pareció la pregunta del millón y me dispuse a leerlo para comprobar que, al final del primer párrafo, ensalzaba las virtudes de este señor, hablando de honradez política.
Como andaluz en el exilio, y puedo decir que en parte por motivos políticos, estuve a punto de vomitar escuchando eso. Y lo estuve porque creo que el señor Jáuregui desconoce bastante del funcionamiento de la Junta de Andalucía y de como el señor Chaves ha logrado a base de sacar mayorías absolutas (no ya sólo por méritos propios sino por inutilidad ajena) crear un cortijo inmenso donde sus secuaces campan a sus anchas y donde como funcionario no sólo hay que trabajar para él (que no para los ciudadanos), sino además estar de acuerdo con las políticas que se realizan, incluyendo la precariedad laboral.
El grado máximo de chanchulleo, porque es donde más se lo pueden permitir, es la Sanidad. Los señores de la Junta tergiversaron términos de gestión para inventarse la Gestión de la Calidad (no confundir con la calidad en la gestión), donde lo importante no es arreglar los problemas sino que no pongan reclamaciones, lo importante no es atender bien a las personas sino el número de personas a las que se atiende... y gracias a la creación de las Unidades Clínicas de Gestión lo importante es demostrar que se está de acuerdo con la política y las formas de la Consejería de Sanidad mediante firma de los estatutos de la misma, condición sine qua non para la realización del contrato.
Recuerdo, en una de sus rondas de adoctrinamiento para los que no teníamos el privilegio de trabajar de esa manera, que don Eulalio Valmisa, (auguro) futuro coordinador de Salud Mental en Andalucía, nos decía que "Hubo dos personas que el año pasado no firmaron. Este año uno se ha unido y la otra persona desafortunadamente ya no se encuentra entre nosotros". No especificó si hicieron que pareciera un accidente, pero ese es el talante.
Quitaron de en medio a todos los jefes no afines, por buenos que fueran, y repartieron el poder entre miembros del partido. A otros nos pusieron las cosas difíciles una vez acabado el periodo de formación para que, por lo menos, no diéramos dolores de cabeza a los que ya nos habían aguantado durante cuatro años, y yo me encargué de cavar mi propia tumba confrontando todas las incoherencias de la política general sanitaria a mi ex-jefa en una reunión pública.
Y ahí acabó mi historia en el SSPA (antiguo SAS), y me vine a Canarias para poder quejarme del SCA. La de los demás ha continuado igual o peor de lo que ya era entonces por lo que me cuentan, teniendo que someterse a los dictados ideológicos de una política cuyo único fundamento es ahorrar en su función de servicio público (sin importar las consecuencias que eso pueda tener) para poder seguir creando carguitos (esos Servicios Centrales están que no cabe un alfiler desde hace años) y volver locos a los profesionales a costa de prometer a los ciudadanos y obligar a los trabajadores a no cumplir esas promesas, pero seguir así consiguiendo votos (transmisión al electorado: no es que Chaves no quiera, es que los médicos no dejan).
Esta es la honradez política del señor Chaves y su equipo, señor Jáuregui. No lo olvide.


P.D.: Quizá otro día hable del nombramiento como Menestra de Incultura de Ángeles González-Sinde, hace diez años guionista de tres al cuarto, pero con una carrera meteórica que la ha llevado al puesto y ha hecho que todo el resto de sectores culturales entren en pánico. Y no sólo a ellos, los que creemos que es una estafa que algo cuya fabricación cuesta un euro se venda a veinte vía derechos de distribución y venta (que no para los artistas, recuerdo) también estamos temblando. Claro que se va a hartar de meter gente en la cárcel...

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Amén a todo. Sólo puedo hablar de complejo hospitalario para el que trabajo, y uno de los objetivos fundamentales es disminuir a toda costa el número de reclamaciones interpuestas por los usuarios, y, por supuesto, no salir mal parado en los papeles, a los que temen como una vara verde.

Eso sí, el Archivo donde paso siete horas al día está comido de mierda, no tiene ni luz ni ventilación natural, las Historias Clínicas se encuentran en un estado lamentable debido a la falta de espacio, la suciedad y los frecuentes escapes de agua (a menudo fecales) que caen del techo, el nivel de trabajo ha aumentado considerablente en los últimos años pero seguimos contando con el mismo personal... y nos han dicho sin subterfugios que no hay soluciones a corto o medio plazo y que el que se quiera ir...
Y encima nos amenazan con la privatización (como ya ha ocurrido en otros servicios) si nos seguimos quejando y escribiendo cartas para el gerente y acudiendo a los sindicatos (que se mueven menos que los ojos de Espinete).
Y mejor no hablo del equipo de riesgos laborales que me pongo enfermo...