Y sigo sin poder reconfigurar el router, aunque he probado a resetearlo y con todas las contraseñas habidas y por haber, pero me piden la contraseña original, que no viene en ninguna parte. La Semana Santa empieza pero desde que me fui es como si no existiera. Y la vida sigue y yo sigo exactamente igual. A Chiqui le gustará saber que ladro menos, pero no puedo explicar como lo he conseguido porque no se si será pasajero. Todavía no se si me iré de vacaciones a alguna parte o me quedaré en casa cogiendo kilos y repasando todo lo que el tiempo no me deja el resto del año... todavía me quedan muchos meses hasta eso, y hay nuevas ideas ya que las antiguas fueron desechadas. Parece que la configuración inalámbrica va mejor, y que lo que estaba mal era el cable. La perversión humana no conoce límites, y yo los míos cada vez los tengo menos claros porque ando en plena expansión. Tendría que enviar unas fotos que me pidieron pero voy dejándolo y dejándolo todo hasta que me harte. He vuelto a reencontrarme con gente, algunos meses después, y me pregunto qué habrá pasado para no vernos antes. La confusión es lo que tiene, pero cada vez me preocupa menos. Al fin y al cabo tengo gafas nuevas con una funda ergonómica. A veces me resulta tan reconfortante conformarme con tan poco...
1 comentario:
has intentado con los cuatro ultimos dígitos de tu teléfono?
si no suelen poner todo ceros, unos, doses...
por sierto si descubres cómo darte de baja de circulo de lectores sin sentirte culpable avisame, que conmigo se lo huelen y me dejan ya los libros en el buzón.
Publicar un comentario