Musas de Helicón.
Que resulta que Hesíodo estaba cuidando cabras en el monte. Y se le presentaron las Musas de Helicón, o eso dice él. Y le dieron un cetro, o eso dice él. Y le dijeron que cantara cosas de los dioses mitológicos, o eso dice él. Del consumo de hongos alucinógenos no dice nada. De si con el cetro le dieron en la cabeza tampoco.
Musas en el Olimpo.
Zeus no para, y tiene una puntería bárbara. Nueve noches, nueve, retoza con Mnenósime, señora de las colinas de Eleuter, y tiene nueve hijas, nueve, las Musas que viven en el Olimpo y cantan las glorias de su padre, a saber: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Érato, Polimnia, Urania y Calíope, la que asiste a los reyes. Todas estas, especialmente las últimas, además de Apolo y de Zeus mismo, son las que este hombre considera que le echan algo a los poetas en la boca (¿será MDMA?) que les ilumina y hacen que sean más sabios y más listos y más todo. Por ello Hesíodo termina invocándolas para que le iluminen a él y poder contar la Cosmogonía como Zeus manda y no como le viene en gana. Yo sigo manteniendo la hipótesis de que todo hubiera sido más fácil si hubiera sabido donde encontrar un camello de confianza.
Cosmogonía.
Primero estaba el Caos. Después estaba Gea (la tierra literalmente), pero debajo siempre estuvo el Tártaro (luego lo explico, creo). Y por último Eros. Del Caos nacen Érebo y la Noche, que, y ya empezamos con el incesto, se liaron entre ellos para que la segunda pariera al Éter y al Día. Gea, por su parte parió a Urano para que lo envolviera todo, a las Montañas, a las Ninfas y al Ponto. Ella empezó bien y lo hacía todo como el Caos por generación espontánea. Pero se juntaría con la Noche y al final terminó liándose con su hijo. Para que nos escandalicemos a estas alturas con los que buscan en internet polvos de gemelos.
Hijos de Gea y Urano.
Gea alumbró al Océano, a Cea, a Hiperión... Gea era una coneja. De momento nos quedaremos con Mnemósine (sí, la de las musas del Olimpo), Tetis, Cronos que es el que nos importa, con los Cíclopes y con los Monstruos (Coto, Briareo y Ciges). Todos odiaban mucho a Urano que no dejaba que los niños salieran del seno de Gea. La pobre tenía unos retortijones horrorosos y no podía más con la lucha, con lo que fabricó una hoz. Pero como era lista y no quería terminar en la cárcel o deportada en el Tártaro como una Lorena Bobit cualquiera, intentó convencer a sus hijos para que fueran ellos los que castraran a Urano.
Y así Cronos, que era un trepa, lo hizo. Urano se la sacó y cuando se la iba a meter a Gea... Zas!! eunuquil para toda la vida. Cronos tiró los genitales al Ponto, que se dedicaron a navegar por el mar mientras de ellos iba surgiendo Afrodita, la diosa del amor y la belleza (mira que eran retorcidos estos griegos). Y Gea, que como ya he dicho era una coneja, aprovechó la sangre que caía del cercenado Urano para seguir pariendo y pariendo: a las Erinias, a los Gigantes y a las Musas llamadas Melias. Urano llamó a alguien Titanes, suponemos que a Cronos y sus hermanos primeros, pero Hesíodo nombra a tanta gente en tan poco espacio que tampoco queda claro. Seguiremos informando.
Musas en el Olimpo.
Zeus no para, y tiene una puntería bárbara. Nueve noches, nueve, retoza con Mnenósime, señora de las colinas de Eleuter, y tiene nueve hijas, nueve, las Musas que viven en el Olimpo y cantan las glorias de su padre, a saber: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Érato, Polimnia, Urania y Calíope, la que asiste a los reyes. Todas estas, especialmente las últimas, además de Apolo y de Zeus mismo, son las que este hombre considera que le echan algo a los poetas en la boca (¿será MDMA?) que les ilumina y hacen que sean más sabios y más listos y más todo. Por ello Hesíodo termina invocándolas para que le iluminen a él y poder contar la Cosmogonía como Zeus manda y no como le viene en gana. Yo sigo manteniendo la hipótesis de que todo hubiera sido más fácil si hubiera sabido donde encontrar un camello de confianza.
Cosmogonía.
Primero estaba el Caos. Después estaba Gea (la tierra literalmente), pero debajo siempre estuvo el Tártaro (luego lo explico, creo). Y por último Eros. Del Caos nacen Érebo y la Noche, que, y ya empezamos con el incesto, se liaron entre ellos para que la segunda pariera al Éter y al Día. Gea, por su parte parió a Urano para que lo envolviera todo, a las Montañas, a las Ninfas y al Ponto. Ella empezó bien y lo hacía todo como el Caos por generación espontánea. Pero se juntaría con la Noche y al final terminó liándose con su hijo. Para que nos escandalicemos a estas alturas con los que buscan en internet polvos de gemelos.
Hijos de Gea y Urano.
Gea alumbró al Océano, a Cea, a Hiperión... Gea era una coneja. De momento nos quedaremos con Mnemósine (sí, la de las musas del Olimpo), Tetis, Cronos que es el que nos importa, con los Cíclopes y con los Monstruos (Coto, Briareo y Ciges). Todos odiaban mucho a Urano que no dejaba que los niños salieran del seno de Gea. La pobre tenía unos retortijones horrorosos y no podía más con la lucha, con lo que fabricó una hoz. Pero como era lista y no quería terminar en la cárcel o deportada en el Tártaro como una Lorena Bobit cualquiera, intentó convencer a sus hijos para que fueran ellos los que castraran a Urano.
Y así Cronos, que era un trepa, lo hizo. Urano se la sacó y cuando se la iba a meter a Gea... Zas!! eunuquil para toda la vida. Cronos tiró los genitales al Ponto, que se dedicaron a navegar por el mar mientras de ellos iba surgiendo Afrodita, la diosa del amor y la belleza (mira que eran retorcidos estos griegos). Y Gea, que como ya he dicho era una coneja, aprovechó la sangre que caía del cercenado Urano para seguir pariendo y pariendo: a las Erinias, a los Gigantes y a las Musas llamadas Melias. Urano llamó a alguien Titanes, suponemos que a Cronos y sus hermanos primeros, pero Hesíodo nombra a tanta gente en tan poco espacio que tampoco queda claro. Seguiremos informando.