Se acercan, ya están aquí... aunque Cortylandia ya no es lo que era, afortunadamente. Pero da igual, la imaginería colectiva da para cosas aún peores. Váyanse a los saldos, cómprense cuadros escoceses en rojos y verdes, mucho plateado y mucho rojo brillante, un par de botes de pintura en plata, y un par de ángeles escultóricos y tendremos como resultado esto que a continuación les muestro:
Estuve a punto de llevarme un ángel para ponerlo en mi baño, pero no me cabía en el bolso, con lo que opté por un cenicero y por arrancar parte del fruncido plateado que sujetaba los cuadros escoceses a los sillones, cosa que no pude sustraer completamente porque los decoradores, estratégicamente situados frente a mi terminando tamaña obra maestra me miraban con cierta ansia asesina, y preferí salvar mi vida en acto de miserable cobardía.
Afortunadamente, en un alarde de mal gusto, me quedo con este video que gracias a ese gran programa que es El intermedio (y evidentemente a youtube, de donde lo he sacado) se debería convertir en la felicitación navideña por antonomasia de este año.
1) La edad del protagonista, que puede hacer que me persigan por pederasta, y cuando a uno le empiezan a tirar los cuarentones nada más lejos de la realidad.
2) y a que no quiero quedar como el cerdo que soy.Dejo claro que esto es lo más parecido a una felicitación navideña que va a pasar por este blog. Lo digo por si alguien espera blandenguerías coincidiendo con estas fechas. Ya lo dije en la primera entrada: eso aquí no es, y mucho menos ahora que parece que toca. Eso sí, a los pocos que me seguís, un abrazo, se os quiere (en algún momento habría que decirlo).
1 comentario:
Llevo un buen rato hipnotizada con la primera foto.
Semejante obra de arte está desaprovechada esa fría terraza. Además, la salitre acabará por deslucirla.
Voy a echarle otro vistazo, no puedo parar de mirarla.
Es como arrancarte una costrita del brazo, duele y desagrada pero no puedes evitar hacerlo.
Por favor, que alguien mate al decorador.
Voy a mirarla una vez más. Me va la marcha.
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