martes, 9 de diciembre de 2008

Sin novedad en el frente

Lema del día: Pero mi hígado al borde del foie.

Este año no ha sido especialmente hecatómbico, pero como de costumbre he pasado mi cumpleaños aislado del mundo. En vez de por mi habitual crisis existencial por una resaca monumental que no pensaba cogerme y que me postró entre el baño, Tarantino y Twin Peaks. Si que tengo que reconocer que, como siempre, lo mejor del cumpleaños son las felicitaciones de las dos mismas de siempre, mi adoradísima A. (no pongo el nombre porque me pega) que me desea, con retraso, que descumpla muchos más, y por supuesto, Mer, como de costumbre la más original con diferencia: "Muchas felicidades. Supongo que estás tan bueno como siempre... Yo también. ". Ambas dos me conocen desde hace los suficientes años como para no molestarse en llamarme porque saben que el móvil lo voy a tener apagado... manías que tiene uno.
Aun así, como ya he dicho, no ha ido del todo mal. Sobre todo porque desde que Luz y yo decidimos que las matemáticas se equivocaban, el volver a bajar de los treinta me ha sentado estupendamente. Porque a pesar de lo que diga mi perfil del blogger, que volví a visitar ayer, yo ayer cumplí 27 años. Y los tendré de forma indefinida.

P.D. Tonteando en el Facebook, y a pesar de que ya dije hace años que más nunca me iba a enganchar a una estupidez de esas, descubrí que otra amiga (tengo demasiadas amigas, me doy cuenta de ello, lo se, y se que si me quejo de que no ligo es por algo) se hizo fan de Pitita Ridruejo. Desde ayer yo lo soy también. Y lo mismo me engancho y todo.

No hay comentarios: