Usted no es responsable
Lección primera: Nuestros amigos los banqueros.
La culpa está out. Lo sabe todo el mundo. Los primeros los PePeros, los obispos y los Opusinos, seguidores por derecho propio de la moral católica que, iluminados directamente por la mano de Dios, llevan años demostrándolo, sin que nadie les haga el más mínimo caso. La clase media-baja ha tardado en comenzar a darse cuenta de ello, pero afortunadamente, tras la renuncia a los ideales marxistas-leninistas del PSOE allá en Suresnes y la progresiva marcha hacia la americanización de la sociedad hispana por fin nos estamos enterando de lo que los políticos de un bando a otro quieren hacernos ver: la culpa no sirve para nada. Rouco Varela lo sabe. Miren si no quienes son las estrellas principales de la cadena de radio que dirige, y dónde estarían si la culpa esa que durante años hizo que los pobres ignorantes decimonónicos acabasen deprimidos y suicidados siguiera estando de moda con lo que dicen.
El que la culpa está completamente out, y que las altas esferas católicas fueron las primeras en descubrirlas se ha comprobado en toda su magnificencia en las dos últimas crisis económicas vividas, ambas dos presididas en este país por Solbes “el gafe”. Aunque tampoco él tiene la culpa. Porque ya hemos dicho que la culpa está out, la culpa no existe. Esta última crisis se ha querido relacionar con la gestión de la economía en manos privadas, fundamentalmente en manos de los bancos y sus asociados (aseguradoras, inmobiliarias...), olvidándose de la gran labor social que realizan estas asociaciones sin ánimo de lucro. Como han hecho ver todos los gobiernos de los países desarrollados, la labor bancaria es una labor puramente altruista, ellos son los encargados de que toda la humanidad civilizada pueda comer, en resumen. Ellos son los encargados de mantener la riqueza en el mundo rico que todos nosotros disfrutamos, y por eso a ellos hay que darles el dinero para que nos lo administren y así poder mantener el balance mundial para que podamos seguir comprándonos ordenadores y seguir manteniendo la banda ancha. Ellos son los adalides del mantenimiento de la humanidad, y si realizan las acciones que realizan, especulando con el petróleo para que suba a niveles insospechados, con la vivienda consiguiendo que nos hipotequemos hasta las cejas... es una pura labor de integración social para intentar que la gente se amolde a sus posibilidades. Aunque si nos salimos de esas posibilidades, tampoco hay problemas porque ellos también van a estar ahí para ayudarnos... ¡a un interés muy competitivo!
Esos ignorantes que no tienen otra cosa que hacer que buscar culpables porque todavía no se quieren enterar de que no los hay, han echado pestes contra los banqueros y los empresarios poderosos, casualmente esos mismos que hace años descubrieron la inexistencia e inutilidad de esa gran enemiga de la humanidad que es la responsabilidad, y quieren que ellos, esos filántropos como Botín e Ybarra, paguen los platos rotos de algo que no han podido evitar, porque, independientemente de que se estén gastando muchos dineros en que muchos expertos investiguen, cosa cuya única finalidad está en reactivar la economía mundial (todos deberíamos entenderlo ¿cómo pretendemos poder tener dinero los pobres si los ricos no tienen dinero para pagarnos? ¿de qué se queja la gente?), los tres motivos fundamentales de la crisis económica actual , y eso lo saben hasta los chinos de Rusia son, por orden:
Una alteración gravitatoria que provocó un desorden en el flujo normal de las mareas, y que llevó a que el día uno de agosto de 2007 el agua subiera dos centímetros por encima del nivel normal en toda la costa oeste de la Isla de Pascua.
Un rayo de sol perdido que desvió su trayectoria alcanzando a hora imprudente a un venusiano que se encontraba durmiendo la siesta durante una parada en la cuarta luna de Saturno provocándole unas molestas miopsias (moscas volantes) que el Sistema Nacional de Salud de Venus no es capaz de remediarle.
Porque el Sol sale por el Este, salvo para los disléxicos, que nunca se enteran de nada.