lunes, 14 de febrero de 2011

Los Goya... otra vez...

Lema del día: Aprender está sobrevalorado.

Otro año más, y esto ya parece masoquismo, fui testigo ayer de todo el circo que se organiza en torno a la Gala de los Goya, exagerado hasta el infinito y más allá por una polémica que debería haber terminado en el minuto -3.
La alfombra volvía a ser roja por fin, pero para conservar el grado de cutrez a la que nos tienen acostumbrados, en vez de whisky anunciaba loterías.
Las actrices se esforzaban por defender unos vestidos menos imposibles que en otras ocasiones (aunque la Machi se ponga lo que se ponga parece que va en bata) pero en general horrorosos y demasiado parecidos.
Los actores se definían entre correctos (los menos), los que pasaban por allí (los más) y los que querían ser originales (y dañaban la vista).
Luego estaban Nawja Nimri, sacada del videoclip de Vogue, y Rossy de Palma que ya reconoció que improvisó, aunque no hacía falta que lo dijera.
El peinado de Pilar López de Ayala también se presentó al evento.
Las comentaristas de España Directo hacían que las actrices enseñaran a cámara los zapatos que escondían bajo los tules (y el color de las uñas de los pies, todo muy glamouroso) y misteriosamente nadie las mató ni nada.
En el streaming de rtve cortaban de vez en cuando para que no se escucharan los abucheos de los que protestaban por la Ley Sinde (que por más que sea razonable no justifica el lanzamiento de huevos a nadie que no sea la susodicha, por más que algún traje podría haber salido incluso embellecido).
Y aparecieron por allí el que perdió unas elecciones en Madrid (que por lo visto es requisito indispensable para conseguir un ministerio) y la Barbie Banquera, que se ve que tampoco tenía nada que hacer.
La Menestra de Verduras se equivocó y se peinó tan bien que casi le logran disimular las orejas, pero, mucho me temo, la gran sorpresa de la noche fue que la Menestra de lo Sosiá (que también estaba allí, a mi que me lo expliquen) se había lavado la cabeza, claro que toda la grasa que acumulaba había ido a parar a su papada.
Total, que básicamente no pasaba nada y así siguió toda la noche hasta que terminó.
Discursos larguísimos (Mario Camus todavía sigue agradeciendo un premio que por lo visto no quería), números musicales chirriantes, llantos falsamente inconsolables, operaciones de estética y caquexia generalizada llenaron (es un decir) una gala taaaaan aburrida que estuvo a punto de hacer buena aquella que presentó Antonia San Juan.
La tensión se mascaba en el ambiente y ni Buenafuente, a pesar de intentarlo, pudo con ella. Cada vez que iba a contar un chiste, miraba fijamente al futuro vilipendiado y los decía a medias. Nadie se reía. Todo era patético.
Icíar Bollaín tenía cara de no haber cagado en meses y la cara de la Pajín era todo un poema (su papada, de hecho, llegó a bostezar).
La realización de TVE nos escatimó hasta a los ausentes (bochornoso) y ni siquiera el discurso (muy bueno, algo victimista, pero muy bueno en general) de Álex de la Iglesia consiguió dar emoción a algo que no lo tiene.
Porque del reparto de premios, podemos decir que fue tan predecible como se hubiera podido esperar.
Los académicos, esos que tanto cartelito de "No a la Guerra" llevaron cuando gobernaba el Tío del Bigote, decidieron no pillarse los dedos eligiendo entre el duelo Bollaín-de la Iglesia y, al final, las grandes vencedoras fueron Buried (pronunciada de todas las maneras posibles, y todas mal) y Agustí Villaronga y su Pa Negre.
Que Villaronga se merece todos los premios del mundo sólo por haber dirigido Tras el Cristal, es algo que de lo que no tendría que dudar ninguna persona de bien. Que los académicos demostraron su cobardía, tampoco.
Porque ¿cuándo los premios estos han se han librado de amiguismos? Pues precisamente anoche que era cuando menos tenían que librarse.
Se concedieron todos los galardones esperables según las Leyes de la Academia:
- Si hay una película de la Guerra Civil, Goya.
- Si Bardem está nominado, Goya.
- Si hay niño nominado, Goya, salvo que haya un discapacitado (en ese caso la discapacidad mental da más puntos que la física).
- Si alguien ha hecho algo en el extranjero, Goya.
-Si la película europea es inglesa y compite a los premios del copyright, Goya...
En fin, que lo mismo de siempre más largo y tedioso que nunca. El año que viene, la seguiré en Bloguionistas, mucho más entretenido que en la tele. Aunque lo mismo de aquí a entonces aprendo algo y la evito como a la peste, que es lo único que se merece.


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