He decidido lo que debería haber sabido desde el principio. Que mis crónicas boderas acabarían antes de empezar. Me explico: no es que no puedan ser interesantes o que no se pueda sacar punta a muchas cosas (especialmente a los atuendos de alguno que otro), pero el dedo es mejor quitarlo de la llaga. El grado de patetismo que puedo alcanzar en una boda es tan alto que mejor no hacer sangre. Y el tener que dejar constancia y que lo lean los amiguitos (por mucho que ya estén acostumbrados a ello) no me parece la mejor manera de mantener mi reputación, sea la que sea (cada vez lo tengo menos claro). Afortunadamente, el exceso de alcohol ayuda a que no recordemos la mitad de lo que pasa (también hay algún mecanismo de defensa, pero es mucho mejor echarle la culpa a los demás), con lo que quedarían incompletas. Por lo cual, se acabó. No hay crónicas boderas.
En lugar de eso, voy a optar por hacer lo que más y mejor se hacer: quejarme. Y es que razones tengo últimamente más que de sobra. Podemos empezar por la informática. Y tendríamos para rato. Por no ser pesado, lo resumiré en una sola frase: odio a Microsoft. ¿Por qué se empeñan en jodernos la vida? Ya estareis informados del fallecimiento de mi antiguo ordenata (no se puede tener un portátil permanentemente descargando cosas de la mula), con la consiguiente pérdida de información (mi diario, lo siento Ricardo, pero no podrás volver a leer semejante obra de arte; los apuntes de la oposición; un par de bases de datos; porno, música y otras lindezas que no recuerdo, y que, por tanto, tardaré siglos en recuperar, ya que mi memoria no da para mucho últimamente; etc...) y el posterior gasto y envío (larguísimo) del nuevo. Un Toshiba último modelo con 200 gigas de memoria, bluetooth, cámara, y doscientos millones de polleces más que no se para que sirven, que vendría a suplir a mi pobre y querido fallecido. Pero el pequeño dato que fallaba es que ya no venden el XP. Por lo tanto, por cojones, tenemos el Windows Vista, que, aparte de no dejarte hacer absolutamente nada sin preguntarte (y bloquearte antes el chisme), se cuelga todavía más que el anterior y no te deja reproducir la mitad de las cosas que bajan. No puedo con él.
Con la Renfe tampoco. También es culpa del Vista. Es un sistema tan moderno que no deja que la mitad de las cosas (incluida mi impresora portátil de 270 euros) funcionen (No es compatible con Vista). Y digo yo, si la tecnología está para hacer las cosas más sencillas, por qué lo complican tanto. Todo es una mierda. Que sepais que el Nero tampoco es compatible con Vista. Yo lo voy a seguir intentando con otras versiones.
La cosa es que este fin de semana, que junto con el miércoles en forma de puente, vuelvo a vivir la odisea para ir a casa de mi madre, que ya se sabe que no hay más que una, y hay que ir a verla, por mucho que falten las ganas. Saqué un billete que intenté imprimir, pero el programita es muy moderno y no me deja. La puta que los parió.
En fin, llamaré mañana a atención al cliente (creo que tienen mi número fichado por inútil, es la tercera vez esta semana) para ver qué puedo hacer. Y luego haré la maleta para ir al pueblo. Dios, qué asco.
Ahorraré información acerca de trasbordos (y trastornos) que me ocasionará el viaje, básicamente porque con que sufra uno ya es bastante. Pero acordaros de mi el miércoles y el domingo. Me pasaré medio día en ruta, y en distintos medios de transporte. Y con retrasos, seguro.
Nota cultural: podría empezar a hablar de fiestas populares, pero no tengo ganas, y al final no fui al Lomo Magullo (con la tajada que me cogí en la boda del sábado... mejor no acordarse). Pero recomiendo, si alguien pretende hacer visita, vengais pa la Rama del año que viene. Es la mejor fiesta de la historia. Primer fin de semana de agosto.
Y con esto y un bizcocho... qué semanita me espera. Y a la siguiente guardia, y a la siguiente boda... ¿Para cuando un fin de semana para mi?
En lugar de eso, voy a optar por hacer lo que más y mejor se hacer: quejarme. Y es que razones tengo últimamente más que de sobra. Podemos empezar por la informática. Y tendríamos para rato. Por no ser pesado, lo resumiré en una sola frase: odio a Microsoft. ¿Por qué se empeñan en jodernos la vida? Ya estareis informados del fallecimiento de mi antiguo ordenata (no se puede tener un portátil permanentemente descargando cosas de la mula), con la consiguiente pérdida de información (mi diario, lo siento Ricardo, pero no podrás volver a leer semejante obra de arte; los apuntes de la oposición; un par de bases de datos; porno, música y otras lindezas que no recuerdo, y que, por tanto, tardaré siglos en recuperar, ya que mi memoria no da para mucho últimamente; etc...) y el posterior gasto y envío (larguísimo) del nuevo. Un Toshiba último modelo con 200 gigas de memoria, bluetooth, cámara, y doscientos millones de polleces más que no se para que sirven, que vendría a suplir a mi pobre y querido fallecido. Pero el pequeño dato que fallaba es que ya no venden el XP. Por lo tanto, por cojones, tenemos el Windows Vista, que, aparte de no dejarte hacer absolutamente nada sin preguntarte (y bloquearte antes el chisme), se cuelga todavía más que el anterior y no te deja reproducir la mitad de las cosas que bajan. No puedo con él.
Con la Renfe tampoco. También es culpa del Vista. Es un sistema tan moderno que no deja que la mitad de las cosas (incluida mi impresora portátil de 270 euros) funcionen (No es compatible con Vista). Y digo yo, si la tecnología está para hacer las cosas más sencillas, por qué lo complican tanto. Todo es una mierda. Que sepais que el Nero tampoco es compatible con Vista. Yo lo voy a seguir intentando con otras versiones.
La cosa es que este fin de semana, que junto con el miércoles en forma de puente, vuelvo a vivir la odisea para ir a casa de mi madre, que ya se sabe que no hay más que una, y hay que ir a verla, por mucho que falten las ganas. Saqué un billete que intenté imprimir, pero el programita es muy moderno y no me deja. La puta que los parió.
En fin, llamaré mañana a atención al cliente (creo que tienen mi número fichado por inútil, es la tercera vez esta semana) para ver qué puedo hacer. Y luego haré la maleta para ir al pueblo. Dios, qué asco.
Ahorraré información acerca de trasbordos (y trastornos) que me ocasionará el viaje, básicamente porque con que sufra uno ya es bastante. Pero acordaros de mi el miércoles y el domingo. Me pasaré medio día en ruta, y en distintos medios de transporte. Y con retrasos, seguro.
Nota cultural: podría empezar a hablar de fiestas populares, pero no tengo ganas, y al final no fui al Lomo Magullo (con la tajada que me cogí en la boda del sábado... mejor no acordarse). Pero recomiendo, si alguien pretende hacer visita, vengais pa la Rama del año que viene. Es la mejor fiesta de la historia. Primer fin de semana de agosto.
Y con esto y un bizcocho... qué semanita me espera. Y a la siguiente guardia, y a la siguiente boda... ¿Para cuando un fin de semana para mi?
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