lunes, 7 de enero de 2008

Otro año más.

Lema del día: Dios aprieta, ahoga, y si puede, revienta.

El nuevo año empieza con cambios. El fundamental es que he dejado de fumar. Llevo oficialmente casi 20 horas sin encender un cigarro. En parte gracias a un tratamiento que comencé hace dos semanas, cuando estaba bastante más convencido de dejar el tabaco que ahora, pero con lo que cuesta, por lo menos intentarlo.
Pero como uno es básicamente adicto, tiene que ser, adicto a algo en la vida, ya lo he sustituido. Yo se que sería mucho más sano ser adicto al sexo, lo sé, pero el problema de no tener a mano con quien hace que se recurra a lo más fácil. Y yo me compré la Play 3 hace dos semanas. Resultado: Estoy enganchadísimo, ahora mismo, al Need for Speed. Cuando lo termine, si es que no me pongo a batir records, tengo tres más. Mañana empiezo a ir al gimnasio. Tengo que hacer la ensalada de pasta. Y quiero empezar con el tenis...
Qué asco de nuevos propósitos para el nuevo año. ¿Por qué no puede quedarse todo como estaba?
P.D.: Inexplicablemente, los Reyes Magos no me han traído al fontanero de Mujeres Desesperadas, ni ningún sucedáneo ni nada, que con eso me conformaba. Para el único cambio que me apetecía.

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