Post primero: ELOGIO A LA MISANTROPÍA.
Siempre llega un destino en la vida de una persona a la que le gusta viajar, en el que no queda más remedio, por razones de tiempo, espacio y seguridad, que recurrir a los viajes organizados, esos a los que hay gente que ya de entrada nos dan repelús. En mi caso, llegó ahora.
Egipto es un destino al que, por más que haya algunos que han ido por su cuenta (curiosamente siempre con amigos allí, aunque ellos hablan como si fueran a la total aventura) hay otros a los que nos fascina en la lejanía y que, sin embargo, no tenemos tanta confianza como para liarnos la manta a la cabeza e ignorar los peligros del "terrorismo" (ahora a todo lo llaman así) y del idioma para poder salir sano y salvo.
Así que vamos a El corte inglés y alquilamos un viaje con gastos pagados (incluidas propinas) y guía en habla hispana.
Dentro de los peligros que corres está el que no vas a estar solo con tus amigos, lo que ya de por si para algunos (entre los que me encuentro) es poco alentador, pero el tener casi obligatoriamente que congraciarse con el resto de un grupo en el que seguro, seguro, seguro, va a haber alguien a quien le volarías la tapa de los sesos, es más de lo que en condiciones normales cierta gente podemos resistir.
Aun así no queda otra y, con la esperanza de descubrir el Egipto de los faraones, ese que tanta presencia tiene para nuestra propia mitología y orígenes, encaminas tus pasos al viaje organizado para darte cuenta de que por más ganas que tengas de entrar (y admirar) edificios de piedra de más de tres mil años de antigüedad:
1) Los turistas son insoportables.
2) A los turistas les encanta ir de guiris y hacer cosas de guiris.
3) Los viajes organizados están llenos de visitas que no harías a sitios que nada tienen que ver con lo que vas a ver y que no tienen ningún interés ni relación con lo que buscabas.
4) Para todo ello te levantan de madrugada, aunque luego estés toda la tarde rascándote los cojones.
5) La desorganización del país se traslada a todo.
6) Todos los habitantes del país entienden que los que tienen que dar de comer a los pobres son los turistas, casi en forma de obligación.
7) De hecho lo entienden hasta los que van a centros comerciales en Cairo que nada tienen que envidiarle a La milla de oro, porque lo de la redistribución de la riqueza no (quieren) saben lo que es.
8) Por más que queramos los arquetipos de gente a la que odiar existen, y todas están en el mismo barco del crucero que tú.
9) Los viejos van perdiendo la vergüenza y, aunque no paran de hablar de la mala educación de los jóvenes, meten codo para colarse en cualquier parte y no paran de demostrar la poca educación propia para con los demás.
10) Los guías de viaje son unos aprovechados que sacan tajada allá donde van.
11) Los que te venden cosas te timan a la mínima oportunidad.
12) Los "moros" son igual de pesados a la hora de pedir/vender que los cubanos, pero con bastante más mala hostia y bastante peor perder.
13) Terminas con la sensación de que todo el mundo te ha tomado el pelo, cosa que se ve aumentada por la falta de sueño y cuando te quitan un mechero en uno de los omnipresentes controles que, sin embargo, se pasan normalmente a la torera.
En fin, que a pesar de que nuestro subgrupo dentro del grupo grande era el mejor, he decidido:
1) Que como no soy un perro-flauta y sigo sin tener interés en la cultura musulmana, daré por vista Petra en el momento en que me compre un libro de fotos, y con ella, daré por hecho todos los viajes a países árabes que me interesan.
2) Que no vuelvo a ir a un viaje organizado pijo so pena de volver a encontrarme con señoras pijas maleducadas que viven en el barrio de Salamanca y que parecen Millán Salcedo imitando a señoras pijas maleducadas que viven en el barrio de Salamanca.
3) Que no vuelvo a ir a un viaje organizado en general, si exceptuamos la transmanschuriana... el año que viene. El resto, por mi cuenta y sin madrugar.
Por cierto, si, este es el primer post que dedicaré a mis últimas vacaciones de 2009 (aunque hayan sido en enero), y todo ello aunque no terminé las anteriores.
De todas formas no se preocupen por el desorden, me acaban de convocar una oposición así que lo mismo abandono el blog definitivamente para estudiar para algo que no tengo posibilidad alguna de conseguir... así es la administración pública.
Siempre llega un destino en la vida de una persona a la que le gusta viajar, en el que no queda más remedio, por razones de tiempo, espacio y seguridad, que recurrir a los viajes organizados, esos a los que hay gente que ya de entrada nos dan repelús. En mi caso, llegó ahora.
Egipto es un destino al que, por más que haya algunos que han ido por su cuenta (curiosamente siempre con amigos allí, aunque ellos hablan como si fueran a la total aventura) hay otros a los que nos fascina en la lejanía y que, sin embargo, no tenemos tanta confianza como para liarnos la manta a la cabeza e ignorar los peligros del "terrorismo" (ahora a todo lo llaman así) y del idioma para poder salir sano y salvo.
Así que vamos a El corte inglés y alquilamos un viaje con gastos pagados (incluidas propinas) y guía en habla hispana.
Dentro de los peligros que corres está el que no vas a estar solo con tus amigos, lo que ya de por si para algunos (entre los que me encuentro) es poco alentador, pero el tener casi obligatoriamente que congraciarse con el resto de un grupo en el que seguro, seguro, seguro, va a haber alguien a quien le volarías la tapa de los sesos, es más de lo que en condiciones normales cierta gente podemos resistir.
Aun así no queda otra y, con la esperanza de descubrir el Egipto de los faraones, ese que tanta presencia tiene para nuestra propia mitología y orígenes, encaminas tus pasos al viaje organizado para darte cuenta de que por más ganas que tengas de entrar (y admirar) edificios de piedra de más de tres mil años de antigüedad:
1) Los turistas son insoportables.
2) A los turistas les encanta ir de guiris y hacer cosas de guiris.
3) Los viajes organizados están llenos de visitas que no harías a sitios que nada tienen que ver con lo que vas a ver y que no tienen ningún interés ni relación con lo que buscabas.
4) Para todo ello te levantan de madrugada, aunque luego estés toda la tarde rascándote los cojones.
5) La desorganización del país se traslada a todo.
6) Todos los habitantes del país entienden que los que tienen que dar de comer a los pobres son los turistas, casi en forma de obligación.
7) De hecho lo entienden hasta los que van a centros comerciales en Cairo que nada tienen que envidiarle a La milla de oro, porque lo de la redistribución de la riqueza no (quieren) saben lo que es.
8) Por más que queramos los arquetipos de gente a la que odiar existen, y todas están en el mismo barco del crucero que tú.
9) Los viejos van perdiendo la vergüenza y, aunque no paran de hablar de la mala educación de los jóvenes, meten codo para colarse en cualquier parte y no paran de demostrar la poca educación propia para con los demás.
10) Los guías de viaje son unos aprovechados que sacan tajada allá donde van.
11) Los que te venden cosas te timan a la mínima oportunidad.
12) Los "moros" son igual de pesados a la hora de pedir/vender que los cubanos, pero con bastante más mala hostia y bastante peor perder.
13) Terminas con la sensación de que todo el mundo te ha tomado el pelo, cosa que se ve aumentada por la falta de sueño y cuando te quitan un mechero en uno de los omnipresentes controles que, sin embargo, se pasan normalmente a la torera.
En fin, que a pesar de que nuestro subgrupo dentro del grupo grande era el mejor, he decidido:
1) Que como no soy un perro-flauta y sigo sin tener interés en la cultura musulmana, daré por vista Petra en el momento en que me compre un libro de fotos, y con ella, daré por hecho todos los viajes a países árabes que me interesan.
2) Que no vuelvo a ir a un viaje organizado pijo so pena de volver a encontrarme con señoras pijas maleducadas que viven en el barrio de Salamanca y que parecen Millán Salcedo imitando a señoras pijas maleducadas que viven en el barrio de Salamanca.
3) Que no vuelvo a ir a un viaje organizado en general, si exceptuamos la transmanschuriana... el año que viene. El resto, por mi cuenta y sin madrugar.
Por cierto, si, este es el primer post que dedicaré a mis últimas vacaciones de 2009 (aunque hayan sido en enero), y todo ello aunque no terminé las anteriores.
De todas formas no se preocupen por el desorden, me acaban de convocar una oposición así que lo mismo abandono el blog definitivamente para estudiar para algo que no tengo posibilidad alguna de conseguir... así es la administración pública.